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Un multimillonario enviado por Dios

Entre sus aficiones destacan la equitación y navegar

Alvaro Noboa Pontón, empresario, político, y poseedor de una de las mayores fortunas de Ecuador, nació en la ciudad costera de Guayaquil el 21 de noviembre de 1950, quinto de seis hermanos de una familia acomodada, estudió en el colegio de San José de La Salle de Guayaquil, y el de Le Rossei, en Suiza, uno de los más exclusivos del mundo. Años más tarde, se licenció en Derecho por la Universidad de Guayaquil, en la que se educan las clases populares de la costa ecuatoriana.

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Dedicado al mundo de los negocios por raíces familiares, ya que su padre era poseedor de una inmensa fortuna, fundó con 23 años su primera empresa inmobiliaria, Promandato Global S.A. En 1994, constituyó la financiera Global y, ese mismo año, se hizo cargo de la presidencia del Grupo Noboa, tras el fallecimiento de su padre. Se define como una persona disciplinada, amante del trabajo, religioso y familiar, y está casado con Anabella Azín, una médica que le ha apoyado con fuerza en su carrera política, con la que tiene tres hijos: Daniel, Juan Sebastián y Santiago.

Su relación con la política comenzó en 1996, durante la corta administración del ex presidente Abdala Bucaram, desde agosto de 1996 a febrero 1997, cuando ejerció la presidencia de la desaparecida Junta Monetaria, organismo de control financiero del Estado. Elegido candidato del Partido Roldosista Ecuatoriano a las elecciones presidenciales de 1998, resultó derrotado en segunda vuelta. Tras volver a sus negocios, en el verano de 2001, promovió la fundación del Partido Renovador Institucional Acción Nacional (PRIAN), con el fin de concurrir a las presidenciales del año siguiente.

La campaña electoral de Noboa en 2002 se basó en dos promesas fundamentales: recuperar la deprimida economía nacional y combatir la corrupción. En la primera vuelta de esas elecciones fue el segundo candidato más votado por detrás del ex coronel Lucio Gutiérrez, contra el que perdió en la segunda vuelta.

En las elecciones de 2006, Noboa anunció que no se presentaría y se alió con el partido de Gutiérrez, pero posteriormente rompió la alianza y, en el último día de inscripciones, se presentó como candidato a la Presidencia. Durante la campaña se ha mostrado en ocasiones como enviado divino, rezando y enarbolando una Biblia con un aparatoso crucifijo en el pecho.

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