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Un político atípico que simpatiza con Chávez

Habla cuatro idiomas y tiene dos maestrías en economía

Radical en sus discursos, Rafael Correa, de 43 años, economista de profesión, casado con la belga, Anne Malherbe, y padre de tres hijos, hace alarde de figura 'no política'. Nacido en la ciudad costera de Guayaquil el 6 de abril de 1963, Correa recuerda una infancia feliz pero con limitaciones económicas, que no le impidieron obtener su título de economista en la Universidad Católica de Guayaquil, dos maestrías en Economía en Estados Unidos y Bélgica, y un doctorado en Estados Unidos.

EFE
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De verbo fácil, Correa domina, además del español, el inglés y elfrancés, mientras que se defiende en quechua, idioma de los indígenas de Ecuador, que aprendió cuando trabajó con ellos como misionero voluntario en una comunidad indígena de la sierra andina. Su imagen aporta frescura en el tablero electoral, al ser un personaje sin desgaste político, que se hizo popular en los 106 días en que desempeñó el cargo de ministro de Economía del actual Gobierno, al que le resultó incómodo por su rechazo directo a la injerencia de organismos internacionales en las decisiones del país.

No oculta su simpatía por el presidente venezolano, Hugo Chávez, con el que no sólo comparte el sueño de construir una gran nación latinoamericana, sino los recelos sobre el gobernante estadounidense, George W. Bush, al que el presidente de Venezuela tildó de "diablo" y a quien Correa llamó "torpe". Y es que Correa, del Movimiento Alianza País, dice que no suscribirá el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos por considerar que sólo beneficiará a ese país en detrimento de Ecuador.

Con duros comentarios ha criticado al Parlamento, para el que su grupo no presenta candidatos, y al que considera mediocre, por lo que promete reestructurarlo a través de una Asamblea Constituyente. En alusión a su apellido, Correa asegura que dará correazos a la corrupción y a los políticos tradicionales a través de una "revolución ciudadana" de apoyo a los más pobres. Católico practicante, según él, su pensamiento político, económico y social "se nutre de las sagradas escrituras y de la doctrina social de la iglesia".

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