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Pekín acusa a algunos países occidentales de utilizar al Dalai Lama

El Gobierno chino está dispuesto reunirse con enviados del líder tibetano, pero con condiciones

El primer ministro chino, Wen Jiabao, ha acusado al Dalai Lama de "intoxicar" a líderes políticos mundiales para ganar apoyo internacional para su causa, y ha añadido que, a su vez, hay países occidentales que están "utilizando" al líder tibetano para inmiscuirse en los asuntos internos chinos.

Han sido duras palabras en medio de la delicada situación que atraviesan las relaciones entre ambas partes, cuando acaban de cumplirse 50 años del fallido levantamiento popular en Tíbet contra el régimen de Pekín, que forzó al dirigente budista a exiliarse en India. "El Dalai Lama ha estado viajando por todo el mundo, y es bastante capaz de engañar a algunas figuras políticas en otros países", afirmó Wen, para arremeter acto seguido -sin nombrarlos- contra aquellos gobiernos que, según aseguró, lo utilizan.

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Wen ha dicho que la situación en el territorio del Himalaya es "en su conjunto estable y pacífica", y ha insistido en que la estabilidad y el progreso económico experimentados por Tíbet "prueban que las políticas adoptadas son correctas".

Wen responde así a las declaraciones efectuadas el pasado martes, 10, día de la efemérides, por el Dalai Lama, quien ha asegurado que China ha creado durante este medio siglo un "infierno en la tierra" en Tíbet, y que la religión, la cultura, la lengua y la identidad tibetanas "están cerca de la extinción". Sale así, igualmente, al paso de las críticas que ha recibido Pekín por el fuerte dispositivo militar que ha desplegado en las últimas semanas en la región autónoma y otras provincias vecinas para evitar que se reproduzcan revueltas como las que estallaron el año pasado tras el aniversario, y por la prohibición a los extranjeros -incluida la prensa- de viajar a Tíbet y estas regiones, donde existe un fuerte resentimiento contra Pekín.

El primer ministro, no obstante, ha tendido la mano y ha afirmado que el Gobierno está preparado para reunirse con los enviados del Dalai Lama, aunque con condiciones. "Nuestra política hacia el Dalai Lama es clara y consistente. Estamos dispuestos a conversar con sus representantes, siempre que renuncie al separatismo. Esta puerta está siempre abierta".

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El líder budista insiste que no busca la independencia de Tíbet sino una "autonomía real", dentro de la República Popular China, la llamada "vía intermedia". Pero Pekín afirma que lo que realmente persigue es la secesión. "Para que las consultas avancen, lo realmente importante es que el Dalai Lama sea sincero", ha señalado el primer ministro en el Gran Palacio del Pueblo, sede del Parlamento. El Gobierno tibetano en el exilio acusa a Pekín de no tener interés en hacer progresar las negociaciones, que se encuentran paralizadas desde el año pasado. Wen ha dicho que la política de inversiones y apertura de la región autónoma continuará porque "es acorde con las necesidades de desarrollo de Tíbet".

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