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Reino Unido se desmarca del acuerdo para reforzar la Unión Europea

La ruptura se produce por el rechazo británico a someter su sistema financiero a Bruselas Berlín rechaza ampliar el fondo de rescate hasta marzo y concede su gestión al BCE

Rueda de prensa de Cameron, esta mañana en Bruselas (en inglés): "Reino Unido está fuera del euro y lo seguirá estando".

Reino Unido se ha quedado aislado en su rechazo a la reforma institucional de la Unión Europa. A última hora también Hungría, República Checa y Suecia se han sumado al acuerdo alcanzado esta madrugada, tras diez horas de negociaciones, en la cumbre europea que tenía que salvar el euro. El pacto anunciado a las cinco de la mañana del viernes sabía a derrota ya que solo lo aprobaron 23 de los 27 Estados miembros, rebajando las expectativas de la víspera. Pero horas después el primer ministro británico, David Cameron, ha quedado como el único opositor al cambio. Más que una Europa de dos velocidades, es una Europa que avanza sin Londres.

"Los jefes de Estado o de Gobierno de Bulgaria, República Checa, Dinamarca, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Rumanía y Suecia han indicado la posibilidad de formar parte de este proceso tras consultar con sus parlamentos cuando sea apropiado", asegura la declaración final adoptada al término del Consejo Europeo.

La desilusión por el no de Reino Unido quedó reflejada en las declaraciones de Nicolas Sarkozy. La cara del presidente francés, pálido y visiblemente enfadado, lo decía casi todo. Compareció en conferencia de prensa a las cinco de la mañana, mientras la canciller Angela Merkel abandonaba la sede del Consejo Europeo sin hacer declaraciones. “No ha sido posible acordar una reforma de los tratados a 27 porque los amigos británicos no han querido”, resumía Sarkozy con una gota de sarcasmo, antes de anunciar que la cumbre ha aprobado “en su totalidad” los puntos de la carta que el miércoles enviaron Merkel y él mismo al presidente del Consejo, Herman Van Rompuy.

La rueda de prensa de Nicolas Sarkozy

El líder británico, por su parte, aseguró en su rueda de prensa que las condiciones del acuerdo son "inaceptables" para Londres y ha agregado que está "contento de no estar en el euro", una moneda común a la que su país no se va a unir "nunca".

Esta mañana, el viceprimer ministro británico, Nick Clegg, líder del partido más europeísta del país, ha declarado que “las demandas de salvaguardas que hizo Reino Unido, sobre las que había unidad en el Gobierno de coalición, eran modestas y razonables”.

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Sobre los mecanismos de estabilidad financiera y la posibilidad de reforzar el papel del Banco Central Europeo para frenar la crisis de deuda, la cumbre ha decidido aportar 200.000 millones más al Fondo Monetario Internacional para ayudar a países con problemas de financiación, pero Berlín no ha aceptado que el Mecanismo de Estabilidad (el fondo de rescate) se convierta en banco, pero se compromete a revisar su capacidad de intervención en marzo de 2012. Asimismo deciden que el fondo será gestionado por el BCE, que actuará como agente en las operaciones de mercado.

Hungría se opuso a participar. Suecia y República Checa pidieron consultar con el Parlamento

“Solo hemos intentado salvar nuestra moneda y nos acusan de ir a dos velocidades. Adoptar el euro es un deber, no un derecho. ¿Tenemos encima que disculparnos? David Cameron ha pedido una cosa inaceptable, un protocolo que le exonerara de regular sus servicios financieros”, subrayó Sarkozy. “Nosotros creemos que es indispensable, necesitamos la regulación financiera”, aclaró.

Según fuentes comunitarias, el primer ministro británico presentó a sus socios un anexo con ocho condiciones para dar su aprobación a un acuerdo a 27, y al no conseguirlas prefirió seguir como ahora, privilegiando el negocio de la City londinense y evitándose un posible referéndum de los euroescépticos en casa. “La ventaja es que la reforma será más ligera y más rápida”, ha afirmado Sarkozy.

Con la idea de presentar a la opinión pública y a los mercados un acuerdo antes de la apertura de las bolsas, los 27 buscaron durante horas la difícil fórmula jurídica que permita poner en marcha una mayor unión fiscal entre Gobiernos sin prescindir de la cobertura y las garantías comunitarias. Habrá que ver cómo se desarrollará el papel de la Comisión en las sanciones automáticas y el del Tribunal de Justicia en los castigos. “Buscaremos esa fórmula”, ha afirmado el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso.

La canciller alemana ha calificado por su parte el nuevo pacto fiscal de "muy buen resultado". El acuerdo permitirá a los 17 estados de la zona euro "recuperar la credibilidad" perdida en los mercados, según Angela Merkel. Merkel ha asegurado no estar sorprendida por la decisión de Reino Unido de quedarse fuera de las nuevas normas pactadas por la mayoría de los países y ha recordado que "han estado desde el primer momento fuera del euro". Según la canciller, su ausencia y la de otros "no impedirá que Europa avance en otras materias importantes".

También se ha pronunciado al respecto en tono optimista el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, que cree que lo alcanzado "se acerca bastante a un buen pacto fiscal", sienta una base para aumentar la disciplina en la euroárea y va a "ayudar en la situación actual" de crisis.

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