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La financiación de las campañas, la comidilla en los cafés

Con un tope de gasto de 1,3 millones de euros por candidato, las calles están repletas de propaganda electoral

Una mujer asomada a una ventana rodeada de carteles del candidato Abulfutú en El Cairo.
Una mujer asomada a una ventana rodeada de carteles del candidato Abulfutú en El Cairo. MOHAMMED SALEM (REUTERS)

A falta de una legislación clara sobre dónde esta permitido colocar carteles de propaganda electorales, las calles de las ciudades y pueblos de Egipto están inundadas desde hace días con las caras de los candidatos. Según la normativa, el tope de gasto permitido a la campaña de cada candidato es de 10 millones de libras (1,3 millones de euros aproximadamente). Sin embargo, la profusión de la toda parafernalia electoral, con anuncios televisivos incluidos, hace sospechar que varios candidatos a las presidenciales de este miércoles y jueves han traspasado el límite.

Una de las grandes incógnitas de las elecciones, y objeto de todo tipo de rumores, es quién está financiando las costosas campañas de los principales aspirantes a la presidencia. "Mi campaña se ha financiado a través de una aportación de mi patrimonio personal, y de donaciones de la ciudadanía. Ninguna gran empresa está detrás de nuestro proyecto. Escogieron otros candidatos", declaró a El PAIS Amro Musa en una entrevista en su bus de campaña.

El resto de candidatos ha hecho declaraciones parecidas, asegurando haber respetado estrictamente la normativa establecida por la Junta Electoral, que fija en un máximo de 2.500 libras (320 euros) la donación que puede hacer un ciudadano. Ahora bien, sus respectivos equipos han denunciado por la violación de la normativa a sus competidores. Por ejemplo, en el cuartel de Musa se acusa al islamista Abdel Moneim Abulfutú de haberse financiado gracias al Gobierno de Catar.

"Dudo mucho que los candidatos favoritos hayan respetado el límite de 10 millones de libras. Basta con saber que alquilar un gran panel cuesta en El Cairo 100.000 libras, y la ciudad está llena de propaganda", sostiene Mustafá Kamel, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de El Cairo. "Está claro que Musa y [Ahmed] Shafiq se han beneficiado del apoyo de grandes empresas. Ellos son quienes más han gastado. Pero los candidatos islamistas no se han quedado cortos gracias al envío de transferencias de los emigrantes egipcios en el Golfo".

El presidente de la Junta Electoral, el magistrado Farouk Sultan, declaró que no se limitarían a analizar la relación de gastos e ingresos presentada por los candidatos. "Un comité especializado supervisará esta cuestión", aseguró Sultan. Sawfat Alem, el presidente de dicho comité, dijo al periódico Al Masry al Youm que existían sólidas sospechas de que varios candidatos habían sobrepasado el límite permitido y que, si se podía demostrar, actuarían con contundencia.

Las campañas están obligadas a presentar un informe detallado sobre sus gastos durante las dos semanas siguientes a la presentación de los resultados. En caso de que sea necesaria una segunda vuelta, como apuntan todos los pronósticos, los dos finalistas podrán gastar dos millones de libras adicionales (unos 260.000 euros).

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