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La CPI absuelve al exlíder congoleño Ngudjolo Chui de la masacre de Ituri

Es la segunda sentencia desde que abriera sus puertas hace una década el tribunal en La Haya

Isabel Ferrer
El exjefe rebelde congoleño Mathieu Ngudjolo Chui escucha el veredicto del tribunal.
El exjefe rebelde congoleño Mathieu Ngudjolo Chui escucha el veredicto del tribunal.ROBIN VAN LONKHUIJSEN (AFP)

En su segunda sentencia desde que abriera sus puertas hace una década, la Corte Penal Internacional (CPI) ha absuelto a Mathieu Ngudjolo Chui, exlíder rebelde congoleño, de crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos en la provincia de Ituri, al noreste del país. Acusado de haber ordenado la muerte de unos 200 civiles indefensos en la aldea de Bogoro, los jueces no han considerado probado que Chui mandara el ataque. “Si bien el delito se produjo, la fiscalía no ha demostrado los cargos, y el acusado debe ser puesto en libertad de inmediato”, ha dicho el presidente de la sala, Bruno Cotte.

El fallo supone un duro revés para la nueva fiscal de la CPI, Fatou Bensouda, que acaba de criticar al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas por no contribuir a resolver otra tragedia africana, el genocidio de Darfur, en Sudán. El primer reo de la Corte, el líder guerrillero congoleño Thomas Lubanga, fue declarado culpable el pasado julio de reclutar niños soldado y cumplirá una pena de 14 años de cárcel.

Rica en oro, diamantes y minerales, la República Democrática de Congo ha padecido dos guerras civiles (1996 y 1998). Sufre a su vez los efectos de una sangrienta pugna interétnica entre lendus y hemas, saldada con miles de muertos y cientos de miles de refugiados. La fiscalía de la Corte acusó a Chui, de la etnia lendu, y jefe del Frente Integracionista y Nacionalista, de haber ordenado que Bogoro “fuera borrada del mapa”. El plan consistía en destruir un campamento levantado allí por la Unión de Patriotas Congoleña, comandada por Lubanga, un hema. Sin embargo, según los fiscales, acompañados por niños soldado, los hombres de Chui entraron en Bogoro armados con machetes, arcos y flechas, granadas de mano y armas semiautomáticas. En pocas horas mataron a 200 civiles, 173 de los cuales eran menores de edad. Las mujeres y las niñas fueron violadas y esclavizadas.

Chui fue arrestado en 2003 por las fuerzas de Naciones Unidas y entregado a las autoridades congoleñas. Absuelto por los jueces de su tierra, en 2006 fue nombrado coronel en el Ejército congoleño como prueba de que el proceso de paz iba por buen camino. Un año después, la CPI consideró que había pruebas de su participación en la matanza de Bogoro y ordenó su arresto. Fue entregado en 2008 y procesado junto con Germain Katanga, otro jefe guerrillero, al mando de la Fuerza Patriótica de Resistencia de Ituri. A pesar de estar acusado de los mismos crímenes perpetrados en Bogoro, Katanga será sentenciado más adelante.

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