_
_
_
_
_

Miles de policías bloquean el Congreso de México ante las protestas de los maestros

Los manifestantes marcharon durante cuatro horas para protestar contra la Reforma Educativa del Gobierno

Un encapuchado lanza un cóctel molotov a la policía.
Un encapuchado lanza un cóctel molotov a la policía.RONALDO SCHEMIDT (AFP)

Los alrededores de la Cámara de Diputados de México, donde durante la noche se debatía la aprobación de la  Ley del Servicio Profesional Docente, parecen el escenario de un país en guerra. Las vallas metálicas de tres metros de altura cercan completamente el edificio, custodiado por tanquetas, furgones policiales y cientos de agentes armados. El motivo: miles de miembros de la Central Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE, uno de los grandes sindicatos de maestros) avanzaron la tarde del domingo desde el Monumento de la Revolución hacia el Congreso acusando al Gobierno de Enrique Peña Nieto de pretender privatizar la enseñanza con su reforma educativa. En el transcurso de la marcha toparon con unos 6.000 agentes pertenecientes a distintos cuerpos policiales y regresaron a sus campamentos en el Zócalo (en pleno centro de la ciudad). Sin embargo un grupo de cien encapuchados ajeno al sindicato se enfrentó contra los policías lanzando piedras y cócteles molotov. Hubo 16 detenidos y varios heridos según fuentes de la Secretaría de Seguridad Pública.

No nos oponemos a ser evaluados. Pero esa prueba no puede ser estándar: debe tener en cuenta que en México hay poblaciones indígenas y lugares con pobreza extrema". Claudio Mendoza, dirigente de la CNTE

“Pocas veces he visto tanta policía en México”, reconoce uno de los agentes de las inmediaciones de la Cámara de Diputados. El despliegue que rodea el lugar impidió que el transito transcurriera con normalidad durante buena parte de la tarde. Incluso la estación del metro aledaña –Candelaria- fue cerrada.

Según los presentes, los maestros de la CNTE impidieron en todo momento que los integrantes del contingente de encapuchados se infiltraran en sus filas. Aparte de los supuestos "anarquistas" (como se definieron muchos de ellos), marcharon numerosas organizaciones, entre ellas el movimiento estudiantil ‘Yo Soy 132’, que protagonizó las protestas ante la Cámara de Diputados durante la ceremonia de toma de posesión de Peña Nieto, el 1 de diciembre del 2012. Aquel día acabó con una auténtica batalla campal, con gases lacrimógenos incluidos, que costó 20 heridos y 90 detenidos. “Hoy estábamos preparados para que lo mismo”, comenta un granadero. “Afortunadamente no ha pasado nada, pero nos han ordenado quedarnos aquí vigilando hasta mañana”.

Rubén Núñez, uno de los dirigentes de la CNTE, aseguró que unos 50.000 manifestantes participaron en la marcha y que siguen llegando más a la capital mexicana. Las movilizaciones de las últimas dos semanas han trastornado la circulación de la capital e incluso han obligado a Peña Nieto a cambiar la fecha y el lugar del informe de su primer año de mandato. Las protestas han llegado al Congreso, al Senado, a la casa presidencial, al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, a la Bolsa Mexicana de Valores y a las sedes de las principales televisiones mexicanas.

El Gobierno les acusa de negarse a aceptar la ley general del servicio profesional docente, una norma que les obliga a someterse a una evaluación para conservar su trabajo. Sin embargo, los maestros consultados aseguran que no se oponen a ser examinados: “Tanto el Gobierno como la prensa manipuladora va a repetir la misma mentira mil veces”, explica Claudio Mendoza, dirigente de la CNTE y profesor en Pinotepa Nacional, un pueblo a 15 kilómetros de la costa de Oaxaca (al sur del país). “Nosotros no nos oponemos a ser evaluados en un examen. Lo único que decimos es que esta prueba no puede ser estándar en un país como México, en el que hay poblaciones indígenas que se rigen por la ley de usos y costumbres. En el que hay Estados como Oaxaca, donde se hablan decenas de lenguas autóctonas y donde hay poblados en situación de extrema pobreza. Esto no quiere decir que el examen de un profesor de Oaxaca tenga que ser más fácil que el de uno de Monterey, solo quiere decir que ese examen no puede ser el mismo. Tiene que tener en cuenta la diferencia económica, social, lingüística y cultural”.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Desde hace 15 días, los maestros y los legisladores se han reunido seis veces sin resultados. Aseguran que la suya es una lucha pacífica: “Esos supuestos anarquistas son infiltrados de la derecha que pretenden perjudicarnos, la policía sabe perfectamente que somos pacíficos”, explica Mendoza. También quieren desligarse de la fama del otro gran sindicato de docentes de México, el SNTE, cuya ex líder, la todopoderosa Elba Esther Gordillo, fue encarcelada por corrupción. “La gente debe saber que no somos lo mismo”, puntualiza.

La afluencia de los maestros hacia la capital mexicana sigue aumentando desde que el pasado abril instalaran un campamento base en el Zócalo (la plaza principal del Distrito Federal). Hoy el espacio de la plaza ha sido rebosado y las calles adyacentes son el escenario de nuevas acampadas que albergan a más de 50.000 personas procedentes de varios estados como Oaxaca, Guerrero, Michoacán o Chiapas. A primera vista, el aspecto del lugar se asemeja al que se vivió en Madrid, la capital española, durante los primeros meses de la movilización del 15M. Pero bajo los toldos azules se percibe una diferencia significativa. Aquí no existe el ambiente festivo y politizado que protagonizaron los jóvenes españoles. Son rostros curtidos de cansancio y desesperación, la mayoría indígenas, que lejos de dar explicaciones políticas e ideológicas optan por autodefinirse: “Somos los pobres de México”, expresa una mujer. “Y no nos vamos a mover de aquí porque no tenemos nada que perder”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_