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El líder de la oposición encauza su conflicto con el Kremlin en la vía política

Navalni no acepta la victoria en primera vuelta del candidato del Kremlin a la alcaldía de Moscú y pide que se revise el resultado

Pilar Bonet

Serguéi Sobianin, el candidato del Kremlin, fue declarado el lunes vencedor en las elecciones a la alcaldía de Moscú con un resultado del 51,37 %. Su principal rival, Alexéi Navalni, que emerge como líder de la oposición con el apoyo del 27,24% de los votantes, no acepta los resultados de la Comisión Electoral Municipal (CEM) que considera “falsificados”.

Pero cualquiera que sean las quejas de Navalni, la política triunfó el lunes sobre la protesta radical, lo que parece indicar un nuevo nivel de madurez en la vida pública rusa. La Comisión Electoral Municipal aceptó revisar el recuento de votos si Navalni así lo solicitaba y la manifestación que los partidarios del bloguero habían convocado por la tarde discurrió de modo pacífico. Ante miles de seguidores, Navalni indicó que no ha llegado el momento de “pasar la noche sobre el asfalto”. “Cuando llegue el momento, les pediré que participen en mítines prohibidos, que enciendan bengalas y duerman sobre el asfalto (..) y yo dormiré con ustedes sobre el asfalto”, señaló. “Mostraremos que somos la principal fuerza política organizada en el país”, dijo.

Según Navalni y su equipo electoral, los resultados habrían sido falsificados, en parte con ayuda de las urnas llevadas a domicilio, para permitir que Sobianin superara el 50% de los votos y evitara con ello la segunda vuelta electoral. El porcentaje disputado no llega a tres puntos, ya que el recuento paralelo realizado por la Comisión Electoral Popular (entidad en la que se unieron diversos grupos de observadores), basándose en 2072 colegios electorales, daba un 49,7% para Sobianin y un 28,3% para Navalni. En Moscú, donde viven más de 12 millones de personas, se formaron más de 3.000 colegios y tenían derecho a voto más de 7 millones de personas. Los datos oficiales indican que algo más de 1,1 millones votaron por el candidato de oposición y cerca de 630.000 por Navalni. La participación en las elecciones a alcalde del centro neurálgico de Rusia fue del 32%, una cifra inusitadamente baja, y lo mismo ocurrió en otras provincias.

Navalni, un abogado que se ha distinguido en distintos proyectos de lucha contra la corrupción en las instituciones públicas, fue condenado a cinco años de cárcel el pasado julio por un tribunal de la provincia de Kírov que lo consideró culpable de robo de material forestal. El bloggero ha presentado una apelación a la sentencia, que considera políticamente motivada, y está por ver cómo reaccionarán los tribunales a su éxito electoral. La condena que pesa sobre él, sin embargo, no fue obstáculo para su participación electoral, propiciada por el mismo Sobianin. Con todos sus problemas, las elecciones a la alcaldía de Moscú marcan una tendencia de apertura y, sin llegar a ser modélicas, son mucho más limpias y más competitivas que anteriores comicios en Rusia, según coincidían en afirmar observadores independientes.

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Aunque la inmensa mayoría de las elecciones que se celebraban el domingo en el llamado “día de votación unificado” fueron ganadas por los candidatos oficialistas, los resultados de Moscú y Yekaterinburgo, dos de los centros urbanos claves de Rusia, introducen nuevos elementos en la política, por cuanto perfilan la aparición de nuevas figuras. Las elecciones a alcalde en Yekaterinburgo fueron ganadas por Yevgueni Roizman, que dirige el movimiento “Una ciudad sin narcóticos” y que es respaldado por el oligarca Mijaíl Prójorov. Roizman venció en las elecciones pese a una apabullante campaña de calumnias y propaganda contra él, manifestaba por teléfono Galina, una septuagenaria residente de Yekaterinburgo, según la cual los resultados de las urnas son una prueba de que los ciudadanos están “hartos” de los políticos-funcionarios que el panorama desde la llegada de Putin al poder a principios de la década. “Necesitamos orden, energía y juventud”, afirmó.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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