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“El proyecto sobre el aborto será enviado este año”

El Congreso acaba de aprobar la reforma tributaria, que financiará parte de la reforma educativa

La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, en el Palacio de La Moneda el pasado 23 de junio.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, en el Palacio de La Moneda el pasado 23 de junio.Jesús Ábalo

La entrevista se celebró en el Palacio de la Moneda al concluir el partido en el que Chile perdió por 2-0 contra Holanda. Michelle Bachelet se mostró sonriente y dispuesta a quedarse con lo bueno: “Chile ha jugado bien”. Y esa es la tónica también de los tres meses que lleva como presidenta en su segundo mandato: el optimismo. A pesar de que nada más llegar se encontró con un terremoto en el norte del país. A pesar de que en abril afrontó el mayor incendio en la historia de Valparaíso, con más de 8.000 afectados, y hace dos semanas se produjeron inundaciones en el sur, Bachelet afirma sentirse satisfecha porque nada de eso impidió que cumpliera con más del 90% de las 56 medidas que se propuso poner en marcha en los 100 primeros días. Y piensa que está en condiciones de erradicar el gran mal de Chile, que es la desigualdad.

De momento, la Cámara de Diputados ha aprobado la reforma tributaria, indispensable para financiar parte de la reforma educativa, el gran objetivo de su Gobierno. A pesar de las numerosas críticas cosechadas en la oposición, en los próximos meses la reforma será aprobada por el Senado. Ella insiste en que sigue abierta al diálogo, que puede aceptar sugerencias. Pero dice que no renunciará a la esencia de la reforma tributaria: que pague más el que más tiene. Y para antes de fin de año espera impulsar en el Parlamento la despenalización del aborto en caso de riesgo para la vida de la madre, inviabilidad del feto y violación.

Pregunta. Durante los años en que usted estuvo al frente de la Secretaría de la Mujer de la ONU (2010- 2014), ¿cómo vio a Chile?

Respuesta. Yo vi un país que tiene todo lo bueno: una democracia estable, una economía con crecimiento estable, con bastantes éxitos… Pero, por otro lado, los jóvenes estuvieron unos ocho meses en la calle. Y no eran solo los jóvenes. Mucha gente acompañó ese proceso, en un país que empezó a decir: “No nos basta con lo que hay”. Y eso fue lo que me motivó para decir: “Si yo tomo la decisión de volver será para plantear cambios profundos”.

P. La Bachelet del segundo mandato, ¿es más o menos de izquierdas que la del primero?

R. Dije que no había vuelto ni más roja ni más verde, pero tal vez poniendo mucho más en el centro, más que los colores, los temas de los ciudadanos. La desigualdad es nuestro gran enemigo. Y ese es mi norte fundamental.

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P. Entonces, es una Bachelet ¿más o menos valiente?

R. Consciente de que los desafíos que Chile tiene requieren cambios de fondo, y dispuesta a llevar adelante esos cambios.

P. ¿Cómo han sido estos primeros 100 días?

R. Fueron intensos. Cuatro años se hacen cortos y teníamos que empezar primero a cumplir con los ciudadanos. Hay que represtigiar la política. Y la política se represtigia también cumpliendo con lo que uno se ha comprometido. Es súper importante recuperar la confianza de la gente en las instituciones democráticas. Parecen más de tres meses, para serle franca. Sin embargo, ahora es la hora de la implementación de muchas de esas cosas. Ya definimos qué es lo que vamos a hacer. Ahora hay que partir.

P. ¿Esperaba encontrar tantas dificultades para poner en marcha la reforma tributaria?

R. A lo mejor lo que algunos pensaron era que no lo iba a hacer. Que era una promesa de campaña, que luego se iba a no cumplir. Fíjese que cuando yo fui candidata la primera vez, y me invitaron a España, conversando con algunos amigos que eran dirigentes de Comisiones Obreras y de la UGT me decían: “Jamás hagas campaña con una reforma tributaria. Nadie gana cuando habla de reformas tributarias”. Yo creo que efectivamente en las reformas tributarias hay intereses que pueden verse afectados por ellas, y que tratan de hacer todo lo posible por cambiar los ejes centrales. Pero estamos muy abiertos a escuchar a todos los sectores. Lo que sí he dicho es que no estoy disponible para afectar a aquello que llamamos el corazón de la reforma.

P. Su Gobierno ha detenido el gigantesco proyecto eléctrico HidroAysén, en la Patagonia chilena, que contemplaba la construcción de cinco presas. Eso ha sido celebrado por los ecologistas y ambientalistas que llevaban seis años litigando. Pero hay quienes objetan que la consecuencia directa va a ser un aumento en las tarifas eléctricas, en un país que ya tiene los precios de electricidad más caros de Latinoamérica.

R. Estamos trabajando a largo plazo y con mucha fuerza en energías renovables no convencionales. Pero nuestro compromiso es aumentar fuertemente distintas fuentes de energía: gas natural, eólica, geotermia y solar, además de la hídrica, claro.

P. ¿Pero cree que va a haber una repercusión en las tarifas, que van a ser más caras?

R. Cualquier coste que pueda haber no necesariamente va a estar relacionado con HidroAysén. Porque hay licitaciones que se han ido haciendo cada cierto tiempo, y que han ido aumentando los precios, pero eso no tiene nada que ver con HidroAysén.

P. El diario La Tercera ha publicado la carta de un lector que decía: “No habrá paz en La Araucanía mientras la historia continúe siendo ignorada”. El lector sugería que el Gobierno compre terrenos y se los devuelva a los indígenas mapuches para reparar lo que usted misma asume como una deuda histórica que tiene el Estado chileno con los pueblos indígenas. ¿Qué acciones contempla su Gobierno?

R. Queremos establecer un nuevo trato con los pueblos indígenas, no solo con el pueblo mapuche. Ahora, yo quiero decir que desde el año 1990 al menos el Estado chileno, en todos los Gobiernos, ha comprado una enorme cantidad de tierras, ha traspasado a comunidades muchas cantidades de tierra. Y en este nuevo Gobierno esto volverá a ser una parte muy importante. Pero no es solo un tema de restitución de tierra. Tiene que haber también apoyo y desarrollo productivo. Eso implica capacitación y un montón de cosas. Estamos conformando una agenda de trabajo.

P. ¿Cuándo se aprobará la despenalización del aborto?

R. En Chile esta discusión en el Parlamento se ha dado [durante otros mandatos]. Y hay una enorme cantidad de mociones parlamentarias en la Cámara y en el Senado. Estamos en la etapa de revisar todas esas mociones y mirar cuál vamos a apoyar, cómo vamos a apoyarla, de manera que podamos avanzar en la despenalización.

P. ¿Cuándo cree que será posible?

R. Yo creo que va a ser durante el segundo semestre. Probablemente en los últimos meses del segundo semestre.

P. ¿Antes de que termine el año?

R. Sí. Analizaremos la técnica legislativa, pero sí, antes de fin de año.

P. A pesar de las numerosas diferencias internas que ya han trascendido en su alianza de siete partidos, la Nueva Mayoría (que integra a demócratas cristianos y a comunistas), ¿cree que la coalición resistirá cuatro años unida?

R. No me cabe la menor duda. Todos queremos terminar con la desigualdad. Y todos entendemos que la reforma de la educación es clave.

P. Para los próximos meses, ¿cuál es su principal desafío?

R. Aprobar lo antes posible la reforma tributaria. Y avanzar con todos los proyectos de reforma educacional de manera que ojalá tuviéramos un nuevo marco legal para fines del 2015. Nosotros esperamos que la economía, que va en desaceleración, empiece lentamente a retomar su ritmo de crecimiento.

P. ¿Por qué es innegociable para Chile la concesión de la salida al mar para Bolivia?

R. Tenemos un tratado de 1904 que fijó con claridad los límites entre Chile y Bolivia. Y, por lo tanto, para nosotros ese tratado está vigente. Hemos cumplido todo lo que el tratado señalaba, que era que tuvieran acceso al mar efectivamente, no acceso soberano, pero acceso al mar en el uso de los puertos. No tengo ahora en mi cabeza la cifra de la cantidad de recursos que Chile gasta para dar cumplimiento al tratado de 1904, pero es enorme. Y seguiremos cumpliendo nuestra parte, pero creemos que tenemos que respetar el derecho internacional.

P. En Argentina se mira con cierta admiración la institucionalidad de este país. El proceso de transición entre presidentes se considera modélico. ¿Y qué admira usted del país vecino?

R. Lo primero, la educación gratis. Además, Argentina es un país lleno de tremenda potencialidad, de riqueza. Tiene grandes hombres y mujeres, científicos, literatos, deportistas… Tienen un acceso a libros de precios muy adecuados. Tiene todo tipo de expresiones culturales. Creo que hay muchas de esas cosas que nosotros podemos aprender de Argentina.

P. ¿Qué opinión le merece el nuevo Rey de España?

R. Me parece una persona muy bien preparada, inteligente, muy agradable. De muy buen trato.

P. ¿Está siendo el proceso de cambio más difícil de lo que esperaba?

R. Lo esperaba. Yo tenía conciencia de que este Chile que quería resultados ya. Y, por lo tanto, que va a ser mucho más demandante para mí. Lo que importa, finalmente, es que uno hable con la verdad. Y si algo no resulta, explicarlo de cara al país. Fíjese: en todas las encuestas la gran mayoría de la gente apoya el que haya reformas. Y, sin embargo, un porcentaje importante cree que no lo vamos a lograr. Pero si volví de Nueva York fue porque decidí que si yo tenía un capital político que había ganado en mi anterior gestión, era para usarlo.

P. Ya que menciona su trabajo en la Secretaría de Mujeres de la ONU… Usted siempre defendió los Gobiernos paritarios, de mitad hombres y mujeres. ¿Por qué, entonces, hay menos mujeres en su Gabinete?

R. Porque yo había dicho que no iba a repetir ningún ministro anterior. Entonces, más allá de que yo decidí los ministros, también a uno le llegan listas de personas. Y la mayoría de los nombres de mujeres que llegaban ya habían sido ministras. Fue mucho más difícil. Y, en nuestro país, la verdad es que los partidos políticos aún tienen que avanzar mucho más a la hora de promover a sus mujeres.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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