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Nueve muertos en un doble atentado contra una mezquita cerca de Bagdad

Entre enero y octubre los terroristas han matado a 6.520 civiles iraquíes

Ángeles Espinosa
Las fuerzas iraquíes combaten al ISIS cerca de Ramadi.
Las fuerzas iraquíes combaten al ISIS cerca de Ramadi.EFE

Al menos nueve personas han muerto y una treintena han resultado heridas este viernes en un doble atentado a la salida de las plegarias de mediodía en Yusufiya, una localidad de la periferia de Bagdad. A falta de identificar a sus autores, el ataque tiene las huellas del Estado Islámico (ISIS) que controla amplias zonas del norte y el oeste de Irak, pero que con frecuencia golpea a la comunidad chií y a las fuerzas de seguridad también en la capital. Sin incluir el mes de noviembre, los terroristas han matado a 6.520 civiles iraquíes desde principios de año, según la ONU.

Una bomba de fabricación casera escondida al borde de la calzada ha estallado cuando los fieles abandonaban la mezquita en Yusufiya, a 30 kilómetros al sur de Bagdad, un poco antes de las doce y media de mediodía. Esa primera explosión ha matado a dos civiles y herido a otros nueve, según fuentes policiales citadas por Reuters. Poco después, mientras los servicios de emergencia y las fuerzas de seguridad trataban de asistir a las víctimas, un terrorista suicida ha detonado su chaleco explosivo matando a siete personas más e hiriendo a 28.

Esa técnica del doble atentado y que el objetivo fuera una aljama chií apunta a la responsabilidad del ISIS, el mismo grupo que está detrás de los atentados de París y de Beirut, y cuya brutalidad inspira a islamistas violentos en todo el mundo. Sus líderes, que se adhieren a una interpretación extrema del islam suní que excluye al resto de las ramas y lecturas de esa religión, explotan la fractura sectaria que se ha abierto en Irak tras el derribo de Sadam Husein por EEUU en 2003 y el consiguiente acceso al poder de la hasta entonces marginada mayoría chií.

Su particular credo encuentra eco entre algunos suníes iraquíes que se sienten ahora injustamente responsabilizados de los crímenes del dictador y discriminados políticamente. En el caso de Yusufiya, el feudo intercomunitario se ha agravado por los cambios demográficos alentados desde Bagdad.

De población eminentemente suní, esa localidad, junto a las vecinas de Mahmudiya y Latifiya (donde asesinaron a los siete agentes del CNI en 2003), fue un importante foco insurgente frente a la ocupación que les granjeó el apodo de “triángulo de la muerte”. Sin embargo, poco a poco las operaciones militares para desalojar a los insurgentes primero y a los miembros del ISIS el año pasado, la ha vaciado de sus habitantes originarios (a los que se ha prohibido regresar por razones de seguridad) a la vez que se repoblaba con chiíes, víctimas de ataques recurrentes.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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