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Europa afronta un intenso año electoral con los populistas al acecho

Los euroescépticos buscan más influencia en una Unión sumida en una crisis existencial a las puertas de las negociaciones del 'Brexit'

Marine Le Pen durante un acto del Frente Nacional en Frejus, Francia.
Marine Le Pen durante un acto del Frente Nacional en Frejus, Francia.Jean-Paul Pelissier (REUTERS)

El año del Brexit, Trump y los populismos. Del terror en Bruselas, Niza o Berlín. El año en que los referéndums de Reino Unido, Italia y Holanda simbolizaron el rechazo al establishment. 2016 se fue pero las amenazas gestadas en esos 12 meses le sobreviven. Europa afronta un panorama incierto con múltiples frentes abiertos: el crecimiento económico es débil; la política migratoria, dependiente de Turquía; la defensa común, un embrión, y los riesgos políticos, inmensos ante un eventual choque con Reino Unido en las negociaciones del Brexit a partir de primavera y el posible avance populista en las elecciones de Holanda, Francia y Alemania.

Cuando el año que acaba de terminar era solo un folio en blanco, Juncker escribió una lista de deseos para los tiempos venideros. Solidaridad, más Europa y menos egoísmos nacionales, decía la triada de anhelos del presidente de la Comisión. Doce meses después, la Unión ha fortificado sus lindes con una guardia de fronteras tras haber incumplido su compromiso de acogida de refugiados, uno de sus principales miembros se prepara para abandonar el barco comunitario y los populismos crecen en las urnas con un discurso de repliegue nacional que clama contra los burócratas que deciden su futuro desde Bruselas.

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El runrún electoral se extenderá todo el año por Europa con comicios en Holanda, Francia, Alemania o República Checa. Posiblemente también en Italia. Cada cita supondrá un nuevo examen para la clase política dominante ante la pujanza en las encuestas de las formaciones populistas. El multimillonario checo Andrej Babis, comparado a menudo con Berlusconi y Trump, parte como favorito para ser primer ministro en el país eslavo, y fuerzas como la del holandés Geert Wilders o la francesa Marine Le Pen, que experimentarían un espectacular aumento de apoyos, son partidarias de abandonar la UE e implantar duras medidas contra la inmigración, a la que vinculan con el terrorismo uniendo así las dos mayores preocupaciones de los ciudadanos según el Eurobarómetro.

La victoria del populismo puede llegar incluso con una derrota en las urnas. "El mayor riesgo no es que ganen, que parece poco probable, es que los partidos tradicionales lleguen al poder asumiendo los diagnósticos y recetas de las formaciones extremistas en una suerte de síndrome David Cameron", explica Yves Bertoncini, director del Instituto Delors, una casa de análisis con sede en París. El antaño primer ministro británico decidió convocar el referéndum sobre la pertenencia en la UE tal y como venía proponiendo el eurófobo UKIP.

Junto al ascenso de los autodenominados defensores de la Europa de las Naciones y la copia al original que puedan hacer líderes como el derechista François Fillon a la ultra Marine Le Pen en Francia, se vislumbra un riesgo adicional: las campañas electorales abonan el terreno para el inmovilismo. Con Angela Merkel centrada en conquistar el poder, Alemania puede tener la tentación de volver la vista sobre sí misma y tendrá menos margen para la valentía en el ámbito continental en un momento en que habrá que tomar decisiones.

El calendario electoral europeo

12 de febrero: Elecciones presidenciales en Alemania. Votan al jefe de Estado, una figura de carácter más representativo.

15 de marzo: Elecciones generales en Holanda. Los votantes elegirán a 150 diputados de entre los que saldrá el nuevo primer ministro.

Finales de marzo: Reino Unido activará el artículo 50 que da inicio a las negociaciones de salida de la UE.

23 de abril y 7 de mayo: Primera y segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Francia.

11 y 18 de junio: Primera y segunda vuelta de las elecciones legislativas en Francia. Se eligen los 577 diputados de la Asamblea Nacional.

Entre el 27 de agosto y el 22 de octubre: Elecciones federales en Alemania. Se eligen 631 diputados. De entre ellos saldrá el canciller.

Octubre: Elecciones legislativas en la República Checa. Los votantes eligen a los 200 diputados que les representarán y a su primer ministro.

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Entre las cuestiones por dilucidar, la defensa ocupará un lugar central. Europa deberá concretar la ambición de su esfuerzo militar con Trump cuestionando el compromiso de Estados Unidos de mantener abierto el paraguas de la OTAN. El presupuesto de defensa de los Veintiocho es muy inferior al de EE UU o China, y aún están por resolver la amenaza del Estado Islámico y las crisis en Siria, Libia y Ucrania mientras la primera potencia militar europea, Reino Unido, está de salida.

La negociación del Brexit

Si Theresa May cumple su palabra, la desconexión del Reino Unido empezará en marzo y en la primavera de 2019 la pertenencia británica a la UE será parte del pasado, un hecho inédito en la historia de la Unión. "Ya se había especulado con un escenario similar ante la crisis griega, pero lo que se planteaba entonces no era una salida voluntaria, sino más bien obligada", señala Salvador Llaudes, investigador del Real Instituto Elcano. El acceso de Reino Unido al mercado único europeo y la libre circulación de personas serán los grandes puntos de fricción en una discusión que se augura tensa.

Más allá de estimaciones, los efectos económicos del Brexit aún están por definirse, pero Europa se enfrenta a eventuales turbulencias en los mercados desde una posición endeble. Italia afronta el rescate de su banca tratando de salvar de la quema el dinero de los pequeños ahorradores, la crisis de deuda griega amenaza con nuevas réplicas, el Plan Juncker no ha logrado contener la caída de la inversión, países como Alemania, con margen para la expansión fiscal, se niegan a aumentar el gasto público, y el tenue crecimiento de este año, inferior al 2%, ha incumplido las estimaciones comunitarias y hace a Europa vulnerable a cualquier sacudida. "Los tres mayores riesgos son, por este orden, una posible victoria de Le Pen en las elecciones francesas, una crisis cambiaria o financiera en China y que las negociaciones del Brexit se vuelvan tensas y haya mucha incertidumbre en los mercados", estima Miguel Otero, experto en economía europea del Instituto Elcano.

Contra la irrelevancia

Con cada vez menos peso en la demografía mundial —representa un 7% del total y con la marcha de Reino Unido la cifra bajará—, una población que tiende al envejecimiento, y una política de defensa muy dependiente de la OTAN, Europa enfrenta su pérdida de relevancia en el tablero geopolítico mundial ante el auge económico, demográfico y militar chino y el posible entendimiento Trump-Putin. "Es el mayor desafío estratégico al que se enfrentan los europeos. Esa alianza recuerda a Europa que por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial no son dueños de su seguridad y deben cooperar diplomática y militarmente si no quieren pasar de ser protagonistas de la historia a meros espectadores", advierte Bertoncini, del Instituto Delors.

En su favor, Bruselas remarca como logros del pasado año la permanencia de Grecia en la moneda única, la gestión de la crisis de refugiados —que ha reducido las llegadas pero depende de un frágil acuerdo con Turquía—, los avances en el mercado único digital, la entrada en vigor del acuerdo climático de París o la firma del tratado de libre comercio con Canadá —si bien el más ambicioso TTIP, el acuerdo comercial con EE UU, ha sido enviado al congelador por la oposición de Trump—.

Adiós a las certezas

El año que termina ha sido para Europa el del fin de certidumbres firmemente asentadas: Estados Unidos garantiza la seguridad de los Veintiocho por medio de la OTAN. La Unión Europea es un proyecto irreversible en constante ampliación. La extrema derecha no puede volver a gobernar. Certezas que parecían inamovibles han dejado de serlo sumergiendo a Europa en un baño de fría realidad cuya velocidad ha dejado a sus líderes tiritando en medio del desconcierto. "2016 quedará en la memoria como un año fatídico, no solo porque las crisis ya abiertas se han hecho más intensas —más terrorismo, aumento del populismo, falta de crecimiento...— sino porque el Brexit ha demostrado que la Unión no es irreversible y su deconstrucción es posible", apunta Bertoncini.

El Viejo Continente despierta en 2017 y mientras se despereza en busca de respuestas, el dinosaurio no solo sigue allí: ha crecido. Europa encara un escenario plagado de amenazas que amagan con deslucir esta primavera los fastos del 60 aniversario de la firma del Tratado de Roma, germen de la actual Unión Europea.

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Sobre la firma

Álvaro Sánchez
Redactor de Economía. Ha sido corresponsal de EL PAÍS en Bruselas y colaborador de la Cadena SER en la capital comunitaria. Antes pasó por el diario mexicano El Mundo y medios locales como el Diario de Cádiz. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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