El lenguado nocturno
Finalmente, anoche, tuve un sueño que espero me descifréis. Salía por fin a la calle, llena de aprensión y angustia
Finalmente, anoche, tuve un sueño que espero me descifréis. Salía por fin a la calle, llena de aprensión y angustia
Soy un desastre para las máquinas de lavar, pero me encanta hacer cosas a mano, mal o bien
C. es uno de los conserjes más completos que podáis imaginar. Cosmopolita, es actor, canta muy bien y le gustan los placeres que nos hacen sonreír
Dado que sí añoro la presencia de mis amistades, con su carnalidad (cada cual con su perfume: cómo me acuerdo), he entregado mi tiempo libre a un amigo invisible que hallé en ‘podcast’, esa versión moderna de la compañía
Éramos pro europeos todos, y estábamos conmovidos viendo circular sin cortarse a la gente que demolía la Muralla en busca de libertad de expresión
Desde el principio los he visto recibir asombrados las novedades. El silencio. El vacío
Mi amigo ha abierto por fin las cartas y las ha ido leyendo en los días del confinamiento. Más de tres décadas después de que fueran escritas
Desde que empezó el estado de alarma, mi teléfono no ha recibido llamadas erróneas, por lo que he vuelto a enchufarlo
Me han hablado incluso de tours para mujeres modernas, con posibles y muy atentas a los aconteceres globales, que recorrían los lugares de exguerra con una periodista en paro como guía
Decido abrir mi correo electrónico a todo el mundo. No rechazar. Cualquier tipo de anuncio de lo que sea que entre por esa puerta, a mí me vale.
En tiempos de conflicto, la primera víctima es la verdad y la segunda el autocontrol. Por ello resulta gratificante ver que no se sueltan los estribos
Ni siquiera en estos días, o mucho menos en estos días, me veo capaz de recoger y archivar. Me da miedo lo que pueda encontrar
Nunca he podido subsistir sin un mortero sólido, de paredes altas. Y su correspondiente ‘mano’ (la he llamado así, desde niña), para machacar: pimienta, ajos, chile. Desahogo
Sumida en estas cavilaciones, que darían tema a un cantautor plasta, me hallaba, y el mocho sumido en su cubo, cuando, todavía reflexionando, sentí el latigazo de mi lumbar rota y calcificada
Tom Selleck forma parte de esa familia de ficción que puedo tener en la tele una y otra vez, porque hacen compañía
Tengo mi querida farmacia abierta, y a su imbatible personal trabajando sin descanso, en la esquina. Y tengo mi bar cerrado
Todo contribuye a que confluyamos en un momento u otro del día. Para que sepamos que no estamos solos, para sentir que algo podemos hacer, desde nuestros fortificados hogares
Echo mucho en falta a Marlene, no solo por ser persona agradable sino por mi inutilidad para todo lo que no sea limpieza superficial
Me ha escrito R., compañera de evoluciones en la piscina del gimnasio municipal madrileño al que solía acudir en tiempos mejores
Por duro que resulte un insomnio, te entrena para el despertar mejor que un sueño reparador. Porque el agotamiento embota con balsámica sabiduría
En jornadas lluviosas, como el lunes, el interior del piso se convierte en un colorido campamento
Si tenéis ganas de abrazos y necesidad de amigos, ved comedias italianas allá donde las encontréis, y mejor de los cincuenta y sesenta
Hoy, en esta realidad, necesito ser Peter Pan y regresar de Nunca Jamás a Siempre Seremos
Conocí en 1970 un Londres de moquetas hediondas, libros de segunda mano en Charing Cross, hippies mezclándose ya con punkies teñidos de verde, y mucha música, la mejor
Por encima de todo, por delante de todo y para siempre, Roma. La primera vez fui de mochilera, hacia 1978
El pan es como la verdad. En jornadas difíciles, la flatulencia de la demagogia o de los quejicas es tan innecesaria como el circo
Nuestras ventanas tienen formato de teatro italiano, solo que los actores de este drama hemos roto la cuarta pared