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ELECCIONES PRESIDENCIALES EN FRANCIA

La derecha quiere dar ahora la batalla en las calles

La noche electoral terminará en las calles de París. La derecha democrática, que desde el 21 de abril había dejado a la izquierda la exclusiva de la protesta popular contra Le Pen, intentará hoy por la noche recuperar el tiempo perdido manifestando en la plaza de la República su adhesión a los valores de dicha institución, al tiempo que celebra la previsible victoria de Jacques Chirac. A la misma hora, comunistas, trotskistas y ecologistas esperan reunirse en la Bastilla para comenzar la llamada 'tercera vuelta', la de la protesta social contra un presidente de derechas elegido con los votos de la izquierda.

Chirac ha comprendido con retraso que era peligroso dejar que las movilizaciones millonarias siguiesen siendo capitalizadas por una izquierda que encontraba en la calle el entusiasmo y la unidad que había perdido en las urnas. Alain Juppé o Nicolas Sarkozy, el primero futuro líder del Partido Presidencial Unificado, el segundo principal aspirante al puesto de primer ministro, han denunciado estos últimos 15 días 'una cultura de la protesta' que no corresponde a la derecha o recordado que 'la democracia se materializa en las urnas, no en el asfalto'. Es más, el portavoz chiraquiano Patrick Devedjian acusó a la izquierda de haber 'provocado una tragedia' y que eso la obligaba ahora 'a desfilar detrás de la derecha, nunca delante'.

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La arrogancia de la derecha, incapaz de recapacitar sobre los más de 4 millones de votos perdidos respecto a 1995 -la izquierda ha perdido por su parte un millón y medio- ha hecho que aquélla tardase también en darse cuenta de que no debía dejar a sus futuros rivales en las legislativas el honor de combatir a Le Pen. Hoy, con esa convocatoria en la plaza de la República, en un barrio popular, los conservadores esperan hacer olvidar u ocultar su comportamiento poselectoral, cínicamente ocupado en repartirse cargos y en un ajuste de cuentas entre sus filas.

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