Cumbre en el 'confesionario'

Jean-Claude Juncker, primer ministro de Luxemburgo y actual presidente de la UE hasta finales de mes, ha comunicado a sus homólogos que en la próxima y crucial cumbre de la semana que viene en Bruselas prevé aplicar el extraordinario sistema del confesionario dadas las enormes divergencias entre los Veinticinco a la hora de negociar las futuras Perspectivas Financieras para el periodo 2007-2013. La fórmula consiste en entrevistas bilaterales del presidente de la Unión con cada uno de los líderes de los países que rechazan las actuales propuestas y, por tanto, recibirá al menos a los jefes de Estado o Gobierno de Alemania, Francia, Reino Unido, Holanda, Italia y España.

El método del confesionario se utiliza en contadas ocasiones con el doble objetivo de evitar enfrentamientos públicos en la mesa de reuniones de los Veinticinco y de conocer con detalle las líneas rojas y los márgenes de flexibilidad de cada cual.

El objetivo es evitar enfrentamientos públicos y conocer los márgenes de flexibilidad

En los últimos años, ese extraordinario sistema se ha empleado con anterioridad en dos tormentosas cumbres: la de Niza, en diciembre de 2000, cuando se aprobó el tratado actualmente vigente, y la de diciembre de 2003 en Bruselas, cuando la reunión concluyó con un estrepitoso fracaso porque no pudo aprobarse la Constitución hoy en proceso de ratificación.

La presidencia ha comunicado a las capitales que la cumbre se iniciará el jueves día 16, con una cena dedicada a debatir cómo se puede continuar el proceso de ratificaciones tras el no de Francia y Holanda al nuevo tratado, y una vez que el Reino Unido ha decidido dejar en el congelador su anunciado referéndum de 2006. Las posiciones se han ido aproximando en los últimos días y, según coinciden casi todas las fuentes, los líderes acordarán mantener el proceso de ratificación, aunque sin el límite temporal de noviembre de 2006, a la vez que abren un periodo de reflexión sobre qué puede ocurrir en el futuro con el nuevo tratado.

Al día siguiente, viernes, se iniciarán los confesionarios por la mañana y, una vez concluidos por la tarde, Juncker piensa poner sobre la mesa su última propuesta sobre ese marco financiero para los próximos años. El domingo 12 se celebrará una reunión extraordinaria (cónclave) de los ministros de Exteriores sobre las Perspectivas Financieras. Dadas las diferencias actuales, es muy probable, según la presidencia, que la cumbre se prolongue hasta el sábado, aunque inicialmente es sólo de dos días.

Juncker seguirá manteniendo las habituales reuniones precumbre con todos los líderes, iniciadas después del referéndum francés del 29 de mayo. El último en ser recibido, el día 14, será el primer ministro británico, Tony Blair, por "una casualidad bien preparada", como dijo el martes el jefe del Gobierno luxemburgués.

Blair, que recibirá la presidencia de la Unión el 1 de julio, es el que plantea más problemas para alcanzar un acuerdo; se resiste, frente a todos los demás, a negociar una rebaja del cheque británico, la prebenda por la que Bruselas devuelve a Londres unos 5.000 millones anuales de lo que aporta el Reino Unido a las arcas de la UE.