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Reportaje:

Laboristas a la baja, conservadores al alza

Los sondeos pueden obligar a Brown a convocar elecciones anticipadas en el Reino Unido

La fiebre electoral que vive el Reino Unido ha acabado volviéndose contra Gordon Brown y provocando un auge de los conservadores en los sondeos. El primer ministro deberá tomar una decisión este fin de semana, porque sólo tiene de margen hasta el martes para disolver el Parlamento si desea que las votaciones sean el 1 de noviembre, aunque también se baraja la fecha del 8 de noviembre. El reajuste de la agenda parlamentaria, con el adelanto al martes de la revisión de las perspectivas presupuestarias, hace pensar que ése será el día elegido por Brown para disolver los Comunes.

Lo que pareció empezar como una maniobra de los laboristas para desequilibrar a los conservadores y para sondear los humores de los votantes se ha acabado convirtiendo en una verdadera fiebre electoral en el Reino Unido. Aunque veteranos políticos laboristas como el alcalde de Londres, Ken Livingstone, han pedido públicamente al primer ministro que desista de convocar elecciones, Gordon Brown parece atrapado en su propia trampa.

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La perspectiva de elecciones anticipadas ha provocado en el Partido Conservador el ataque de pánico que esperaban los laboristas, pero en sentido opuesto al que buscaban: en lugar de enzarzarse en una confrontación sobre el rumbo del partido, los tories han cerrado filas en torno a su líder, David Cameron, y han recibido como agua de mayo la propuesta de recorte de impuestos lanzada esta semana en el congreso de Blackpool por su canciller del Exchequer en la sombra, George Osborne.

El resultado de eso ha sido una espectacular recuperación de los tories en los sondeos publicados ayer. En el de ICM para The Guardian los dos partidos están empatados (38%) cuando hace una semana los laboristas tenían una ventaja de siete puntos. En el de Populus para The Times, los laboristas han visto reducida a tan sólo tres (39% y 36%) los 10 puntos de ventaja de la semana pasada. Y en el de YouGov para Channel 4 News, su ventaja cae de 11 puntos a cuatro (40% y 36%).

La recuperación tory era esperada porque han acaparado la atención de los medios de comunicación en los últimos días, pero el calibre de esa recuperación deja patente la volatilidad de las expectativas electorales y cuestiona los vaticinios de las últimas semanas de que los laboristas se encaminaban a una victoria cómoda que le permitiría a Gordon Brown gobernar cinco años con una mayoría cómoda.

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Brown deberá ahora estudiar con detalle los sondeos internos y externos y sopesar los peligros y las ventajas de convocar o no elecciones. Si no las convoca, su prestigio quedará gravemente maltrecho porque ha jugado abiertamente la carta de promover el runrún electoral, aunque tendrá tiempo para reparar el patinazo. A favor de convocar elecciones juegan los sondeos favorables -aunque peores que en las últimas semanas-, el incremento del prestigio de Brown desde que accedió en junio al cargo de primer ministro, el impedir así que los conservadores sigan gastando mucho dinero en las circunscripciones en las que los resultados están más reñidos y el temor a que la situación económica empeore. El canciller del Exchequer, Alistair Darling, anunció ayer en una entrevista en el Financial Times que la semana entrante recortará las previsiones de crecimiento.

En contra de las elecciones juegan la volatilidad de los últimos sondeos, el peligro de que estalle una inesperada crisis financiera como la del Northern Rock, la renovada unidad tory y lo poco que les gusta a los británicos ir a votar cuando hace frío, sobre todo si no ven la necesidad de que se adelanten las elecciones.

Gordon Brown.
Gordon Brown.

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