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China recurre a un rector para la guerra antipolución

El presidente rompe la norma y encomienda el ministerio de Medioambiente a un científico

Macarena Vidal Liy
El nuevo ministro Chen Jining.
El nuevo ministro Chen Jining.Feng Li (Getty)

Chen Jining, el nuevo ministro de Protección Medioambiental de China y hasta ahora rector de la muy prestigiosa Universidad de Tsinghua ha aceptado una misión, aparentemente imposible: ponerse al frente de la lucha contra la abrumadora contaminación en su país. Una tarea en la que sus predecesores han fracasado estrepitosamente y que los ciudadanos consideran cada vez más urgente.

La polución, según un estudio de Greenpeace, causa 250.000 muertes prematuras anuales en las ciudades chinas. Un 90% de las principales urbes no alcanza el nivel mínimo de calidad del aire, según el Ministerio de Protección Medioambiental. También según el Ministerio, un 60% de las aguas subterráneas chinas están contaminadas, como 17 de los 31 mayores lagos del país. Casi un 25% de las tierras cultivables contienen elementos perjudiciales para la salud, de acuerdo con un informe del Centro Nacional de Supervisión del Medioambiente.

Greenpeace admite que Chen ya ha propuesto “medidas progresistas”

A primera vista, Chen, que asumió el cargo el 28 de febrero, es una apuesta inusual para un cargo que no deja de ser político, pues carece de experiencia de gobierno. Pero cuenta con unas credenciales científicas impecables. Catedrático de Ingeniería Medioambiental, con un máster del Imperial College londinense; a sus 51 años llevaba tres al frente de Tsinghua, la universidad puntera del país para ciencia y tecnología. Forma parte de los principales órganos de asesoramiento sobre ecología en China y está considerado uno de los grandes expertos en el asunto del país.

Muertes prematuras

• Según un estudio de Greenpeace y la Universidad de Pekín, la polución podría causar la muerte de 250.000 personas al año en las 31 principales ciudades de China.

• Este mismo informe afirma que la megaciudad de Shijiazhuang, en la provincia de Hebei, se lleva la palma con 137 muertes prematuras por cada 100.000 habitantes.

• La capital del país, Pekín, registra un índice de muertes prematuras de 79 por cada 100.000 habitantes, y se sitúa así entre las menos afectadas por la polución.

• El informe estima que la adaptación de los niveles de polución a los estándares de calidad del aire evitaría 41 muertes prematuras por cada 100.000 habitantes.

Dado su currículum, su nombramiento ha despertado grandes esperanzas entre las organizaciones ecologistas. Ma Tianjie, director de Greenpeace para el Este asiático, apunta que en sus primeros días en el cargo ya ha propuesto “medidas progresistas que defendía como académico, como el establecimiento de auditorías medioambientales para los funcionarios cesantes”. Además, el hecho de no ser político “le facilita el atajar problemas muy arraigados” y hacer frente a intereses creados.

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Pero precisamente su condición de advenedizo puede perjudicarle a la hora de moverse por las arenas movedizas de las facciones de poder chinas. No sería el primer científico que fracasa al dar el paso a la política, como puede dar fe el premio Nobel Steve Chu, secretario de Energía en el primer Gobierno de Barack Obama en EE UU.

Ma apunta que, para poner en marcha sus proyectos, tendrá que contar con un respaldo muy claro de las autoridades más altas. Parece que así es. Su gran valedor es el exsecretario del Partido Comunista en Tsinghua Chen Xi, hoy alto cargo en el muy influyente Departamento de Organización del Partido y relacionado directamente con el presidente Xi Jinping.

En su primera semana en el cargo ha dado ya dos ruedas de prensa

A su favor, Chen tiene la nueva voluntad política del régimen contra la contaminación —si no por otro motivo, por el peligro que las protestas representan para la estabilidad social— , y una renovada presión del público.

El malestar ciudadano es evidente. El vídeo online Bajo la cúpula, sobre las causas de la contaminación, se convirtió la semana pasada en un fenómeno social visto por más de 200 millones de personas —un tercio de los internautas chinos— en cinco días. Hasta que el Gobierno chino, que inicialmente lo alabó, decidió censurarlo por miedo a que el debate público que había generado se le escapara de las manos.

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Por el momento, el estilo de Chen parece muy diferente al de su predecesor, Zhou Shengxian. Donde Zhou hizo lo posible por ocultar la mayoría de datos sobre la contaminación, el exrector promete transparencia. Ha asegurado que se divulgarán todos los datos de los estudios de impacto medioambiental. También que se facilitará que el público denuncie casos de contaminación a través de cuentas específicas en las redes sociales. Son iniciativas que las organizaciones ecologistas consideran sumamente importantes: “El fortalecimiento de la supervisión pública juega un papel más crucial que el de cualquier individuo”, opina Zhang Boju, de Friends of Nature.

Y si Zhou evitaba por regla general las comparecencias públicas y enviaba a sus subordinados a participar en las convocatorias ante los medios de comunicación, el nuevo ministro ya ha encabezado dos ruedas de prensa en una semana en el cargo. Pero hay cosas que no cambian: en su rueda de prensa del sábado, la primera a la que se invitaba a la prensa extranjera, Chen no admitió preguntas de los principales medios internacionales.

Ninguno de los 12 que sí pudo interpelarle —ocho de ellos, medios estatales— mencionó la censura al vídeo Bajo la cúpula. Y este domingo fueron arrestadas dos personas en Xian (centro de China) que se manifestaban para pedir más medidas contra la contaminación.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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