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El Ejército israelí mata a 14 palestinos en un ataque a un campo de refugiados

El Ejército desplegó 40 tanques y 6 helicópteros en su ataque a un feudo de Hamás en Gaza

Cuarenta carros de combate, centenares de soldados y media docena de helicópteros de combate atacaron en la madrugada de ayer el campo de refugiados de Yan Yunes, al sur de la franja de Gaza, provocando al menos 14 muertos y más de un centenar de heridos. Un alto mando del Ejército israelí justificaba pocas horas más tarde la ofensiva asegurando que era una operación de castigo contra uno de los feudos más rebeldes y radicales del movimiento fundamentalista palestino de resistencia islámica Hamás.

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'Nos cogió por sorpresa. Estábamos tranquilamente hablando en la calle cuando de pronto oímos el ruido de las cadenas de los tanques israelíes. Entraron por todas partes. Nunca habíamos visto nada igual', explica Ahmed Rajab, de 25 años y estudiante universitario, mientras permanece apoyado en una esquina de la calle del presidente Nasser, la misma por la que a primera hora de la madrugada había entrado una de las columnas de tanques israelíes.

Los carros de combate, procedentes del asentamiento cercano de Gus Katif, tomaron el barrio de Al Amal, uno de los más deprimidos y depauperados de Gaza, en los que se amontonan los sectores más marginales del campo de refugiados de Yan Yunes. Esta conflictiva zona constituye un caldo de cultivo idóneo para reclutar a las milicias radicales, especialmente los que engrosan las filas de las Brigadas de Ezzedine al Kassam, el brazo militar de Hamás.

'Los soldados se hicieron fuertes en lo alto de esta misma casa; la más alta del barrio. Allí emplazaron las ametralladoras pesadas y se apostaron los tiradores de élite, con la esperanza de poder controlar desde allí a todos los vecinos', continúa Ahmed, mientras señala con el dedo índice una casa de siete plantas convertida en el epicentro de una batalla desigual que duró poco menos de cinco horas.

El fuego de las ametralladoras se cruzó en ese rincón de Yan Yunes, con los disparos de los misiles lanzados desde los helicópteros Apache, dos de cuyos proyectiles cayeron en medio de una multitud de jóvenes, cuando trataban de organizar la defensa con todo tipo de armamento. La batalla duró hasta la llegada de las primeras luces del alba, cuando los vecinos aterrorizados huyeron o se encerraron en sus casas. Sólo entonces los blindados regresaron a sus acuartelamientos.

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'Los soldados dispararon contra los vecinos indefensos, incluso cuando trataban de transportar las primeras víctimas en coches particulares hasta el principal hospital de la zona', insistían ayer indignados los habitantes de Al Amal mientras se aprestaban a llenar con pintadas de lemas revolucionarios cada centímetro de las paredes del barrio y comenzaban los preparativos para los funerales.

El fuego indiscriminado de los soldados israelíes continuó, sin embargo, hasta el último minuto, alcanzando incluso al hospital provincial de Yan Yunes, donde se había congregado una multitud que trataba de identificar a los muertos y ayudar a sus heridos. Una ráfaga de ametralladora pesada alcanzó el edificio principal del centro sanitario, aumentando aún más la cifra de heridos.

'Aún es pronto para establecer un balance total de víctimas', aseguraba ayer un responsable del hospital de Yan Yunes, mientras trataba de averiguar uno por uno los nombres de los 14 muertos y de más de un centenar de heridos. En la contabilidad macabra de ayer en este campo de refugiados, aparecía sólo el nombre de una mujer, fue alcanzada por los disparos de bala, que atravesaron la puerta de su casa, muy cerca de allí había muerto un muchacho de 14 años, el más joven.

Varios palestinos velan los cadáveres de sus familiares muertos en la incursión del Ejército de Israel en un campo de refugiados de Gaza.
Varios palestinos velan los cadáveres de sus familiares muertos en la incursión del Ejército de Israel en un campo de refugiados de Gaza.REUTERS

'Disculpen: es la guerra'

'Los palestinos nos disparaban desde cada ventana', aseguraba ayer el general Israel Ziv, jefe de las fuerzas israelíes del sur de la franja de Gaza, responsable de las operaciones, mientras trataba de justificar la operación, apaciguar a las iras de los palestinos y apaciguar la indignación de la izquierda y los pacifistas de su propio país, que reclaman ya una investigación oficial. El general Ziv recalcó que la operación se había decidido en el alto mando militar como represalia a una serie de operaciones que los radicales palestinos habían llevado a término sobre los asentamientos cercanos, contra los que lanzaron misiles de fabricación casera.

El militar recalcó que en el transcurso de la operación se había encontrado un saco con varios efectivos militares y material para fabricar misiles.

'Nuestro objetivo era claro: destruir las infraestructuras terroristas en el barrio de Al Amal, considerado como uno de los bastiones de Hamás', insistió una y otra vez el jefe militar, antes de lamentar la pérdida de vidas de civiles y concluir diciendo: 'Esto es una guerra'.

Las explicaciones del Ejército lejos de apaciguar los ánimos, crisparon aún más a las filas de Hamás, que desde Gaza llamó ayer a todas las organizaciones radicales palestinas a una operación de 'venganza'.

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