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Investigado el narco en Michoacán por traficar órganos de niños

Los Caballeros Templarios, la mafia que opera en el suroeste del país, son también sospechosos de operar una red de pederastia en la zona

Miembros de la Marina mexicana en Apatzingán (Michoacán).
Miembros de la Marina mexicana en Apatzingán (Michoacán).e. c. (AFP)

Dos hombres fueron detenidos el jueves en Tarímbaro (Michoacán, suroeste de México) y son investigados por posible tráfico de órganos, otra actividad criminal de Los Caballeros Templarios, el cartel del narcotráfico que opera principalmente en el estado que ha protagonizado la crisis de seguridad más grave del Gobierno de Enrique Peña Nieto. Uno de los detenidos, Manuel Plancarte Gaspar, es sobrino de Enrique Kike Plancarte, uno de los principales líderes del grupo. El asesinato de decenas de menores se añade al ya de por sí largo listado de crímenes de las mafias michoacanas.

Manuel Plancarte, de 34 años, fue capturado a bordo de un coche robado con metanfetamina -Los Caballeros Templarios son uno de los principales productores de la droga sintética del país- y dinero en efectivo, según informó la Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán, controlada por el comisionado Alfredo Castillo, designado por Peña Nieto para gestionar su estrategia de seguridad en Michoacán.

Las mafias utilizaban coches y camionetas para raptar a niños en pueblos michoacanos, atraídos bajo engaños. Los mataban en casas alquiladas y, ahí, un equipo médico les extraía los órganos para su posterior venta en el mercado negro. Las autoridades creen que Plancarte está detrás de la desaparición de decenas de menores.

Las autoridades creen que Plancarte está detrás de la desaparición de decenas de menores

Los Caballeros Templarios habían expandido sus actividades delictivas desde hace varios años. El tráfico de órganos se añade a la extorsión, el contrabando, el robo de minerales, las violaciones y los secuestros que han sumido en el terror a la sociedad civil michoacana desde, por lo menos, 2008. El hartazgo por los abusos de la mafia propició la aparición de los grupos de autodefensa, civiles que desde el 24 de febrero de 2013 están en guerra abierta contra este grupo de crimen organizado. Los enfrentamientos entre narcotraficantes y autodefensas obligaron al Gobierno mexicano a lanzar el Plan para la Seguridad y Desarrollo Integral de Michoacán el 15 de enero pasado.

Las autoridades también investigan la posible vinculación de Los Caballeros Templarios con una red de pederastia que opera en Michoacán descubierta en los últimos meses del año pasado. La red, con sede en la capital del estado, Morelia, prostituye a niños de hasta 11 años por un precio que oscila de los 4.000 a los 10.000 dólares y que extiende sus servicios a las principales ciudades del país, incluyendo la Ciudad de México.

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Enrique Plancarte es uno de los siete líderes de Los Caballeros Templarios señalados por las autodefensas. Junto con Servando Gómez La Tuta son los segundos al mando después del líder máximo, Nazario Moreno El Chayo, abatido hace una semana en un tiroteo con las autoridades. El Gobierno de Felipe Calderón había anunciado la supuesta “muerte” de El Chayo en 2010. Plancarte es padre de Melissa Plancarte, una cantante de música tradicional mexicana que utilizó edificios públicos de Michoacán para grabar algunos de sus vídeos.

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