EE UU se opone a la creación del Tribunal Penal Internacional
Estados Unidos ha vuelto a poner de manifiesto su oposición a cualquier estructura legal internacional. El Gobierno estadounidense propuso esta semana ante el Congreso terminar con los tribunales de la ONU para Ruanda y la ex Yugoslavia en el 2008 y reafirmó su reticencia ante la creación de un Tribunal Penal Internacional. Washington argumenta que tales cortes ponen en peligro sus operaciones antiterroristas.
'El proceso [de estos tribunales] ha sido costoso, poco eficaz, demasiado lento y completamente alejado de las experiencias de las víctimas', aseguró ante la Cámara de Representantes el embajador para Crímenes de Guerra, Pierre-Richard Prosper, el jueves. 'El profesionalismo de su personal ha sido puesto en entredicho, e incluso acusado de abusos, por lo que pedimos que concluyan su trabajo entre 2007 y 2008'. La Unión Europea calificó de 'inaceptables' estas declaraciones y en un comunicado aseguró que 'dejar estos crímenes en manos de tribunales domésticos equivale a pedir que los culpables se juzguen a sí mismos'.
Washington no se opone completamente a los tribunales especiales, sobre todo en el caso de Irak. Prosper dijo que el Gobierno estaba compilando datos contra Sadam Husein. Lo que EE UU quiere evitar es una estructura legal permanente que pueda interferir en sus operaciones o enjuiciar a sus soldados, como podría ser el caso del Tribunal Penal Internacional que Bill Clinton ratificó, aunque los republicanos conservadores piden que se revoque la firma.