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Un historial sangriento

El atentado de un suicida palestino de Yihad Islámica contra un autobús de línea, ayer, en el norte de Israel, es el más sangriento registrado en los cuatro últimos meses, desde que en junio de este año la explosión, también de un autobús, acabara con la vida de 19 personas en Jerusalén y causara medio centenar de heridos.

En aquella ocasión, un suicida logró sortear todos los controles de seguridad y subió por la mañana a un autobús de transporte público en cuyo interior se apretujaban estudiantes y oficinistas, y lo hizo saltar por los aires. Fuerzas de infantería y blindados del Ejército israelí efectuaron incursiones en las principales ciudades palestinas, en represalia por el atentado, reivindicado por las Brigadas de Ezzedine al Kassam, brazo militar de Hamás. Desde entonces se han sucedido numerosos ataques suicidas por parte de militantes palestinos, que han causado al menos 37 muertos en Israel.

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