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Catorce israelíes mueren en un atentado con coche bomba

La Yihad Islámica reivindica el atentado en venganza por la muerte de los mártires palestinos

Un militante de Yihad Islámica a bordo de un todoterreno, cargado de explosivos y de bidones de gasolina, hizo estallar su vehículo ayer tarde tras situarlo junto a la parte trasera de un autobús de transporte público, a poco menos de medio centenar de kilómetros al norte de Tel Aviv. Su suicidio causó la muerte de al menos 14 pasajeros y más de 40 heridos. El atentado amenaza con hacer fracasar los proyectos de paz de la Casa Blanca, que esta semana ha enviado a uno de sus emisarios a la región con un plan con el que se pretende cerrar la crisis israelo-palestina en un plazo de dos a tres años.

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El vehículo todoterreno había salido de la población arabe-israelí de Um El Fahem, el 'Teherán de Israel', con una carga mortal, 100 kilogramos de explosivos y varias decenas de bidones de gasolina, según fuentes policiales. El jeep se incorporó rápidamente a la carretera 65 que cruza en diagonal el país y buscó allí, entre una masa abigarrada de coches, su objetivo; un autobús de transporte regular de color verde de la compañía Egged. El autobús número 481 procedía de Kiryat Smona, junto a la frontera con Líbano, y se dirigía a Tel Aviv, con numerosos soldados en su interior.

El coche suicida, acompañado por un vehículo conducido por otro terrorista que posteriormente se dio a la fuga, siguió a su objetivo durante unos metros para luego, en una parada, colocarse a su lado y hacerlo estallar por los aires, lo que provocó primero una nube de polvo y de humo y a continuación un incendio, que fue seguido por los gritos de los pasajeros, que trataron por todos los medios de salir del interior del vehículo y de ponerse a salvo. El caos circulatorio fue absoluto, la carretera se colapsó, lo que impidió la llegada puntual de las ambulancias y de otros equipos de socorro.

'Ha sido como un terremoto', aseguró uno de los testigos del atentado a la prensa, confirmando así las declaraciones del conductor del autobús, un veterano de la empresa de transporte, que salió con leves rasguños en la cara del interior de un montón de chatarra, que acabó siendo pasto de las llamas en pocos minutos. Apenas pudo balbucear una docena de palabras. Simplemente explicó que el estallido lo arrancó del asiento, al tiempo que perdía el control del autobús, que dio un giro en el aire de casi 90 grados. Una ambulancia se lo llevó al hospital cercano de Afula.

Las Brigadas de Jerusalén, el brazo militar y secreto de Yihad Islámica, la segunda organización fundamentalista palestina, se atribuyó el atentado en un comunicado enviado a la televisión de Hezbolá en Beirut. No se descarta, sin embargo, en medios policiales israelíes que la operación haya sido efectuada con el apoyo y colaboración de los militantes de Hamás, cuyas filas han sido reiteradamente castigadas en las últimas semanas por operaciones militares del Ejército de Israel. En especial, el doble ataque a los refugiados del campo de Rafah, que se saldó en total con cerca de 20 muertos, y el intento de asesinato de su jefe militar.

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A pesar de la reivindicación de Yihad Islámica, un portavoz del Gobierno de Israel acusó ayer a Yasir Arafat de estar en 'mayor o menor' grado detrás del atentado, silenciando que el presidente palestino se encuentra enzarzado en una lucha a brazo partido tratando de meter en vereda a las fuerzas islamistas de Hamás, al tiempo que intenta convencerles de que acaten la orden de alto el fuego, impartida desde hace cerca de un mes. El líder palestino se apresuró ayer a condenar el atentado y afirmó, a través de un comunicado, que está en contra de 'los crímenes contra civiles de los dos bandos'.

Por su parte, Zalman Shoval, uno de los consejeros del primer ministro israelí, Ariel Sharon, insistía en considerar a Arafat 'responsable directo o indirecto del atentado', para a continuación mostrar su desprecio hacia el plan de paz diseñado por la zona por la Casa Blanca, con el que pretende resolver la crisis israelo-palestina en un plazo de dos a tres años.

El plan está siendo divulgado por un emisario de Estados Unidos, Wiliams Burns, a los jefes de Estado de los países árabes de la zona, para tratar de conseguir su apoyo. Ayer Burns se encontraba en Arabia Saudí. Su viaje, por ocho países, deberá culminar en Israel y los territorios autónomos palestinos, donde se le espera para principios de la próxima semana.

A última hora de la tarde, el primer ministro israelí y el responsable de Defensa, Benjamín Ben Eleizer, se reunieron en Jerusalén para dar una respuesta al atentado. La población palestina, atemorizada, se encuentra por su parte en alerta, a la espera de represalias.

El autobús objeto del atentado suicida arde tras la explosión
El autobús objeto del atentado suicida arde tras la explosiónASSOCIATED PRESS

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